#Petición de personajes pre-establecidos.

Solo habían pasado un par de años desde… su desfortunio, desde que había partido del lado de su familia, y todo ese asunto le había cambiado por completo. Tal vez en su vida humana no hubiese sido la persona más alegre y comprensiva del mundo, pero ahora se había vuelto un poco despiadado, frío y un tanto reservado. Acaso tenía la culpa? No lo creía, le habían hecho lo que era y aunque a veces se odiaba por eso, otras tantas lo veía como una nueva oportunidad de vida.

Pero a pesar de todo se sentía inseguro y es que todos sus sentidos y sentimientos habían aumentado, por consecuente ahora vivía la vida con mucha más fuerza. Eso lo llevaba a despertar viejos demonios, el suyo tenía el rostro de una joven y hermosa humana, su sobrina, el simple hecho de pensar en ella le causaba algo, dolor? No estaba seguro, pero haberla abandonado hace dos años había sido lo más duro que había tenido que hacer hasta ahora, a pesar de que lo había hecho por el bien de ella… porque si perdía el control podría matarla y entonces nunca se lo perdonaría.

Todo esto era lo que iba pensando, ahora que su hermano lo había encontrado y lo forzaba a regresar de vuelta con su familia. Pocos le importaban, pero Haidra era quien le aterraba de cierto modo, su rechazo sería fatal para ese ser que ahora era inmortal. Lo único que lo consolaba era el hecho de volver a ver su radiante rostro, aunque fuese por última vez.

No podía asegurar con total certeza cuánto tiempo había transcurrido hasta que había dejado de huir, aunque se me era bastante imposible olvidar la noche en que había sucedido. Quizás habían pasado ya varios años o meses desde que el estupido juego de esas personas que se hace llamar "familia", había comenzado. Yo había tenido un largo y tranquilo verano en el sur, durante el cual no habia visto a ningun demonio de mi familia ni siquiera una sola vez. Tan solo lo mas promordial para mi fue la visita de mi hermana, la unica persona que daba un signo de interes por mi. La unica persona que se dedicaba unos cuantos minutos para no finjirme una sonrisa.

¿Y ahora qué era de mi? Un simple adolecente que nunca le importo sacar una buena nota. Yo quien simplemente es interesante aplicar buena vista en los rostros de las chicas que pasaban frente de mi, con la intencion de querer llamar mi atencion. Yo quien duerme en cualquier hotel barato, soló a media manzana de la ruina de mi vida. Yo quien ocupaba mis horas nocturnas leyendo, escribiendo, intentando definir alguna breve definicion de mi persona y como volver a recordara el como aprender a desear, a imaginar, a soñar. Yo quien durante el día, deambulaba por las calles abiertas y cuando había luna llena, tambien paseaba por ellas de noche, solo... con la intencon de lograr pensar un poco acerca de mi.

Yo quien considero que es mucho pedir que apareciera alguien interesante en mi vida. Alguien que logra hacer cosas sorprendentes y me mantenga siempre al tanto de esa persona... sin embargo, era mucho pedir, y buscar alguna manera de que mis pensamientos se unieran para ya nada fuera tan monotono, que me sorprendiera con un abrir y cerrar de ojos. Simplemente seria cuestion de esos momentos sorprendentes en la vida llegaran sin importar las leyes que se le impongan. Solo algo interesante, ¿Seria mucho pedir?

Siempre lo mismo... - Entre a mi habitación gritando con todas mis fuerzas y tirando la puerta de golpe.Me dirigui directamente hasta mi ventana y cerré las cortinas dejando que solamente se filtre un rayo de luz en la habitación semi-oscura.
Tienes que ser amable con tu prima- imite casi a la perfección la voz de mi madre mientras recordaba lo que había pasado en la planta inferior- Pero es una mosca muerta, mama! osea le vas a creer a ella... Soy tu hija no?.- Le habia respondido de esta manera antes de subir a mi habitacion super molesta.
Pero esto no se iba a quedar asi, y mucho menos me iba a quedar aqui "Castigada".- Inmediatamente tome mi mobil de la mesita de noche y marque a la unica persona que estaba ahi siempre que se mecionara la palabra diversion!
Alo, Haidra? -Sonrei al escuchar su voz saludandome, de seguro ya se habira enterado lo que paso con mama.- A donde nos vamos esta noche, hermanita?Le pregunte mientras me paraba de la cama y me dirigia al closet en busca de mi ropa para hoy.

"Siempre es lo mismo" pensó la joven vampira, de nombre Stella mientras se dirigía nuevamente a su hogar, con su "marido". Aquel hombre que había atraido con su deslumbrante belleza, como una mosca a la telaraña de una viuda negra. Aquel hombre con el que se había desposado para salir de la miseria en la que había nacido. Aquel hombre que era su tormento...su dulce tormento.

Se detuvó en la entrada de la casa y suspiro antes de entrar. Como supusó, su marido la esperaba. La fulmino con la mirada y se acercó a ella.

-¿Por fin me honras con tu presencia? ¿Donde estabas metida?-le espetó bruscamente, con lo que Stella se puso inmediatamente de mal humor. Le barrió con la mirada antes de contestarle.

-Mi presencia es un privilegio del cual no siempre puedes gozar. Y a donde fui...no veo porque deberia importarte- contestó de mala manera y le dio la espalda. Un segundo despues sintió su mano sujertarle con fuerza el brazo, obligandola a girarse para mirarlo. Ella le miro de mala manera antes de apartar su mano de un manotazo.

-No te pongas pesado conmigo, Alexey.- replicó antes de que pudiera decirle algo. -No se porque te empeñas en seguir conmigo despues de saber finalmente la verdad. Si soy tu esposa, es porque asi puedo darme una buena vida, pero nada más. -dijo cruelmente, pero Alexey la acercó hacia si mismo, y la aprisiono entre sus brazos.

-No mientas, Stella, en el fondo yo se que te encanta estar a mi lado- le dijo suavemente a su oído Alexey antes de aplastar sus labios fieramente contra los de ella. Se resistió un poco pero termino cediendo. Porque siempre era igual. Una relación tan complicada. Amor-Odio...un dulce tormento, que en el fondo los mantenía unidos. Seducidos por los juegos. Aunque eso, jamás lo reconocerian. Porque eran Stella y Alexey...un matrimonio diferente a los demás.

Era un día normal como todos me encontraba en mi habitación aburrida de todo lo que me rodeaba últimamente, me senté en mi cama y quede viendo la fotografiás de mis padres extrañaba a papá y a mamá me hacían falta, me levante y abrí la ventana de mi habitación frente a ella había un gran árbol frondoso muy bella era aquel que me daba sombra cuando me recostaba en sus raíces, era así como una especie de amigo, me voltee a ver al interior y sonreí lamentablemente mi adorado primo Ettero no se encontraba hoy en casa me gustaba estar con el, era divertido, y muy afable a lo cual me hacia sentir cómoda.

Di un salto al árbol y me sujete con fuerzas para comenzar a bajar lentamente, eso claro procurando de que mi querido tío Aarón no me fuera a descubrir o tendría un regaño seguro, pero no importaba sabia que con una sonrisa y unas lindas palabras todo lo arreglaba. Vivir en Seattle era toda una diversión aunque teníamos las tiendas muy cerca era un verdadero parairso, lo único malo era el instituto nos quedaba bastante alejado y siempre estaba lloviendo... pero aun así era divertido allí tengo varios amigos muy queridos.

Al terminar el día suelo salir un momento del instituto para caminar y recorrer, pero lo mas curioso de todo es que siempre me encuentro con Bella quien al verme me recibe con un fuerte abrazo el cual lo respondo, ella es algo así para mi como una madre aunque se note de mi edad, ella conoce todo de mi, mis gustos sabe lo de la muerte de mis padres, y yo se lo de la muerte de su hijita así que cada una nos hacemos compañía. Cuando es hora de partir se me oprime el pecho y no me gusta dejarla, me despido de ella con un abrazo y un beso en su frente ya que se que el día de mañana nos volveremos a ver.

Ya casi se volvía aburrido hacer lo mismo todos los días, veía como transcurría su vida junto a una mujer vacía que ni siquiera lo quería y peor aún, ver como consumía todo su dinero y que todo para lo que trabajaba era para satisfacer sus caprichos porque aún después de enterarse de que su matrimonio no fue más que por interés, la seguía queriendo y por más que fuese posible no se divorciaría. Volvió del trabajo presumiendo su nuevo auto por toda la ciudad, imponiendo el poder de tener un auto mucho más grande que el de los demás. Entró a su gran hogar y no fue nada más que el hecho de ver a Stella mirando la tele lo que le arruinó el día aunque por nada del mundo de sentaría a hablar con ella sobre algo así, prefería hacer como que nada pasó a conversar sobre el tema como personas civilizadas.
-Buenas tardes, Stella-Le dijo sentándose a su lado, sin siquiera mirarla.

Habia regresado a casa luego de un dia de caza, al parecer las chicas estaban algo ocupadas por lo que no me vieron entrar, subi a la habitacion de Chiara para estar un rato en compañia de ella pero al parecer no estaba, me acerque a la ventana y percibi su aroma que se sentia por afuera de la casa, y por el arbol que estaba frente a su ventana. Sonrei ampliamente y di un salto desde su habitacion afuera de la casa, suiguiendo su aroma pude llegar hasta el centro de Seattle en donde la encontre viendo cada tienda de ropa, se veia como una niña pequeña pero aun asi me atraia con fuerza.

Me acerque a donde estaba ella y la tome por la cintura dandole un beso en la mejilla ella me dijo lo que estaba haciendo y yo la escuchaba con gusto le pregunte si queria que la acompañara a lo que lo que ella acepto, entramos a la tienda y ella comenzo a probarse ropa y era el encargado de darle el visto bueno.

Luego de eso la invite a comer un helado en donde nos sentamos a disfrutarlo en una plaza de Seattle le sonreia e intercambiamos sabores, acariciaba su mejilla con ternura y para luego besar su mano, ella me sonreia y me colocaba su cabeza en mi hombro, era todo lo que mas queria de ella.